Reflexión 13

No puedo callar, pero tampoco puedo hablar, no puedo nada…

Ir y venir en un sin fin de caminos tortuosos sin un punto inicial, mucho menos final,
simplemente caminar en dirección a ninguna parte.

No se si queda algo en pie, tal vez nunca se levantó.

Y como hablarte querido?


Como hablarte…?

Callando voy muriendo,
viviendo en gélidos silencios de largas miradas,
eternos suspiros ahogados,
lágrima presas de los ojos que solo se iluminan cuando me miras.

Silenciando un sentimiento se desgarran los resquicios de algo que no se si hay o ya se ha ido.

Matando pensamientos por no escuchar reproches,
por no ver miradas de rabia o por no hacer mella en el sentimiento que arrastras.

Palabras necias que salen por mi boca en pleno apogeo de cólera,
heridas profundas imposibles de cicatrizar.

Mentes manejadas al antojo de unos pocos, mientras otros miran los atardeceres felices, pasean de la mano y aún se quieren.

Mente la mía que no piensa, mente la tuya que no escucha.