viernes, 5 de septiembre de 2008

Reflexión 11

Chillando desgarro los débiles hilos de cuerdas vocales que me quedan,
plantada en un salón excesivamente concurrido,
llorando con desgarro,
sintiendo la impotencia que da el saber que nadie me está escuchando,
nadie se está ni siquiera molestando en alzar la vista
y descubrir algo en mis ojos apagados,
en mis miradas perdidas
o tras las escasas palabras sin sentido que emanan de mis labios, nadie que se entretenga en perder el tiempo
y reconocer que no se puede estar peor.

La condena es mía,

he hecho mi camino y desecho el tuyo,
incluso he sido feliz,
antes,
pero ahora estoy sin ti.

Solo siento frío,

y mucho miedo,
de ti y de mi.
Nada ni nadie puede impedir que me encuentre tan sola ante esta vida,
en la que me falta el oxígeno que me dan tus besos,
y el pedazo de vida que pierdo en cada una de tus miradas…
queriéndote y muriéndome.


Nada ni nadie,
excepto tú.

6 comentarios:

Vitalnn dijo...

Uffff, me has hecho notar una pequeña asfixia...

Agónico, real y bello.

Buen fin de semana.

Silvia.

Carmen-Mª López dijo...

He encontrado tu blog por casualidad y me ha gustado. Pasate por el mío si te apetece.

Un saludo

Carmen-Mª López dijo...

Es imposible no gritar ante este mundo cruel y despiadado. La mejor forma de desquitarse esa carga moral es sin duda escribir, plasmar los sentimientos, desahogarse... y para eso es necesario expresarlo mediante algo tan parecido a un blog.


Saludos

Anónimo dijo...

Profundas y directas, así son las pedradas de la vida.

Muchas gracias por pasarte.

A falta de un blog tengo tres jeje, espero que te cautive alguno y te sigas pasando a leer.

Besos!

la danza de la vida dijo...

desgarron que rompen el alma rota, deseo que pasen pronto esas sensaciones y que la vida fluya llena de felicidad...besos

Anónimo dijo...

¿y quien no ha sentido estar gritando y nadie escucharle?

Me ha gustado.
Saludos.